¿Sigo enamorada de mi pareja? ¿Qué pasa si no siento mariposas? ¿Estoy con él por rutina o porque le quiero? Si estas preguntas te resuenan porque recientemente te han surgido dudas con tu pareja y te preguntas si sigues enamorada de ella, no te asustes: es una pregunta mucho más normal de lo que piensas y el hecho de planteárnosla no significa necesariamente que las cosas vayan mal en nuestra relación de pareja.
Durante el verano es posible que hayas disfrutado de algunos días de vacaciones en pareja, que hayas pasado más tiempo con él (y puede que incluso con su familia) y por eso no es nada raro que en ese tiempo de mayor convivencia, decisiones (qué hacer, dónde ir de viaje o cuánto vamos a gastar por ejemplo) e intensidad te hayan asaltado algunas dudas. Has tenido mas ocasiones para observarle a él y también para observarte a ti a su lado, a los dos como pareja, y a las emociones que ello suscita.
Lo primero que tenemos que aclara es que después de un tiempo en pareja es IMPOSIBLE que sigas enamorada de él en el sentido estricto. Rebaja el listón amiga, porque el revoloteo de mariposas en el estómago, la taquicardia antes de una cita y el subidón al recibir un mensaje pasaron hace tiempo. ¡Y es sano que así sea! En ese estado de agitación vivimos prácticamente enloquecidos, enajenados, focalizados en ese ser al que deseamos y ardientes por satisfacer todos nuestros deseos a su lado. En esa etapa de enamoramiento somos, por defunción, infantiles y caprichosos, egoístas e insensatos. La vida en pareja, la verdadera, empieza después.
Hablemos entonces de amor, no de enamoramiento. ¿Le sigues amando? Para responder a esta pregunta debemos centrarnos en tres aspectos fundamentales de la pareja: la pasión, la intimidad y el compromiso. Si en todos ellos funcionáis de manera adecuada, no hay duda: él sigue siendo el elegido.
Intimidad. Sabes que le quieres porque estáis muy conectados, le sientes muy cerca, compartes con él una confianza que no es comparable a la que experimentas con nadie más en el mundo. Es tu pareja, por quien sientes un inmenso afecto, pero también es un gran amigo, alguien en quien confiar y en quien apoyarte sin temor alguno.
Compromiso. Aunque habéis pasado por algún que otro altibajo lo cierto es que no te imaginas sin él. No porque no seas capaz de estar sin él, sino porque no te da la gana. En el largo plazo estás convencida de que, a su lado, la vida es mejor, y eso te ayuda a superar las dificultades y a esforzarte lo que haga falta para mantener la relación.
Pasión. Aunque es verdad que no tienes ya la misma energía ni las mismas ganas, sí que te brota el impulso de estar con él, la necesidad física de sentirle cerca y la fantasía de hacer el amor con él. Por supuesto que no te atrae de la misma manera que cuando era más joven, pero sí conserva ese “je ne sais quoi” que tanto te ha excitado siempre.
Pregúntate cómo te sientes respecto a estos tres pilares, y si la respuesta es positiva, ¡sigues sintiendo amor! Si, por el ccontrario, has detectado alguna dificultad en alguno de esos componentes fundamentales del amor, no desesperes. Eso no quiere decir que la relación esté en un punto crítico, porque todo (o casi todo) en pareja se puede trabajar y revitalizar. Sólo hace falta querer hacerlo y estar dispuesto a esforzarse. En cuanto a cómo hacerlo, sigue nuestro blog y te seguiremos dando consejos para que tengas una pareja sana y feliz.