Está demostrado: el verano cambia nuestra forma de ligar. No es de extrañar que hablemos del “amor de verano”, ya que esta época no sólo propicia que liguemos más, sino que también que lo hagamos de forma diferente al resto del año. Las principales aplicaciones de citas lo saben muy bien: con el buen tiempo llega la temporada alta del amor, las citas y el deseo de disfrutar, siendo el momento de más actividad después del pico del día 1 de enero, que inevitablemente coincide con la aplicación más práctica y directa de uno de los principales propósitos de Año Nuevo, el de encontrar pareja.
Durante los meses de verano, llegan a triplicarse el número de nuevas inscripciones en los portales de búsqueda de pareja en España. A lo largo de junio, julio y agosto se van sucediendo curiosos picos de actividad que coinciden con las principales fiestas populares veraniegas, como las hogueras de San Juan en Mallorca y Alicante o los San Fermines en Pamplona, y con los eventos musicales y festivales más destacados, desde el Primavera Sound en Barcelona al Mad Cool en Madrid o el FIB en Benicassim.
Otro de los grandes puntos calientes en la búsqueda de partenaire son las ciudades más turísticas, esas que con el verano despiden a los estudiantes y dan paso al llegada de turistas: Santiago de Compostela, Salamanca, Madrid o Granada son sólo algunas integrantes de una larga lista de ciudades españolas con un alto porcentaje de turismo estival.
Y no pensemos que se trata de un fenómeno aislado o únicamente relacionado con los más jóvenes: las edades de quienes se acercan a estos servicios de dating son cada vez más dispares. En función de qué redes se use sí puede, a veces, trazarse un perfil u otro pero, de manera general, el acceso al cortejo online se diversifica por momentos.
No deja de ser un fenómeno curioso, sobre todo si tenemos en cuenta que la mayor parte de las personas adultas y maduras buscan relaciones estables. ¿Qué está pasando entonces? ¿Por qué buscamos amores de verano si lo que queremos es construir un proyecto de vida al lado de alguien a quien amamos? Pues resulta que en la excepción del verano se confirma la regla. Si decíamos que la primavera la sangre altera, resulta que el verano hace que nos suba la bilirrubina al más puro estilo Juan Luis Guerra.
Varios fenómenos se dan cita en verano que hacen que flexibilicemos nuestros criterios de elección de pareja y nos permitamos vivir un intenso, pasional e inolvidable amor de verano en toda regla.
En primer lugar disponemos de mucho más tiempo libre, y de grandes deseos de aprovecharlo y disfrutarlo. No solo podemos dedicarle mas atención al cortejo sino que, además, tengamos el plan que tengamos, de todos es sabido que lo bueno, si es compartido, sabe mejor.
En segundo lugar ya sea en nuestra propia ciudad o estando de vacaciones, lo cierto es que nos encontramos excepcionalmente rodeados de turistas y extranjeros. Con ello damos por sentado, y aceptamos también, que toda relación que establezcamos tiene un alto grado de probabilidad de ser pasajera; y no por ello se coartan nuestros impulsos o se pone freno a los deseos
Además, el verano es la época del año en la que mas atractivas tendemos a sentirnos, es cuando más animadas estamos (¡el poder del sol!) y también en la que más abiertas estamos a nuevas experiencias y actividades. No es de extrañar, por lo tanto, que nos permitamos el lujo de vivir, sentir y experimentar sin pensar demasiado en lo que vendrá después.
¿Y tú? ¿Te animas a darle rienda suelta a ese crush de verano?