El verano está a la vuelta de la esquina, y con él llegan el sol, las terrazas, los cócteles, los planes divertidos, el tiempo para descansar, las noches por explorar, las vacaciones, y esa sensación incomparable de vivir más libre y despreocupada. ¡Ríete tú de la primavera! Esta época siempre llega pisando fuerte y lo tiene todo para ser la estación del coqueteo y el romance: no hay otro momento del año que ofrezca tantas oportunidades para seducir (y dejar que te seduzcan).
Ahora que sabes que el verano es perfecto para enamorarse, ¡sólo tienes que atreverte a descubrirlo! Y, por si no sabes cómo, aquí te dejamos algunos consejos para aprovechar al máximo esta época tan mágica y, quién sabe, quizás vivir una apasionada historia de amor veraniego.
Aprovecha cualquier oportunidad. Durante el verano, cualquier plan es una potencial aventura romántica: excursiones turísticas, tardes de playa o piscina rodeada de vecinos de sombrilla o esperas de aeropuerto. Si algo tienes ahora son horas muertas y momentos de no hacer nada, eso que durante el año es sencillamente impensable. ¡Aprovéchalo! Cualquier excusa es buena para entablar una conversación. Busca un sencillo cruce de miradas y permítete charlar, relajarte y conocer a personas interesantes. En el amor también hay mucho de azar y circunstancial, ¡no te imaginas en cuantísimas situaciones puede aparecer alguien especial con potencial para gustarte!
Actúa rápido… Si ya has llegado a tu destino de vacaciones o es él quien te ha conocido en el suyo, el factor tiempo juega en tu contra. Sin embargo, eso no tiene por qué ser algo necesariamente negativo: puedes lanzarte alegremente, no estará ni mal visto ni fuera de lugar. El verano tiene para todos un carácter excepcional de atrevimiento y apertura a nuevas experiencias, lo que te permite mostrar tu interés de forma más clara y directa. No pierdas tiempo y deja que la magia del momento te guíe.
…Y no te cortes. ¿No te sientes más desinhibida y receptiva en verano? ¡Es muy probable que él también! Olvídate de miedos o de ridículos porque nadie va a pensar mal de ti, y tampoco sería relevante si lo hicieran. Deja a un lado la vergüenza: ponte la ropa que te haga sentir atractiva (no tienes que ir a trabajar con ella), cuenta todo lo que te apetezca (¿acaso hay otra forma de darse a conocer?) y habla todos los idiomas que surjan (chapurrea lo que haga falta, el objetivo es llegar a comunicarse y entenderse). ¡Lo importante es disfrutar del proceso y divertirse!
Déjate llevar y aparca tu necesidad de control. Di que sí a todo lo que te apetezca, acepta que casi todo lo que te surja improvisado. Estar dispuesta a cambiar de planes es clave: desde una cena inesperada -con bailes incluidos- hasta una escapada repentina. Sigue lo que toque y lo que tu corazón te marque (siempre con cabeza, claro, los límites los marcas tú) que por fin ha llegado el verano para dejar de lado la rutina y exprimir cada momento al máximo!
Disfruta de la intensidad. Sin preocuparte de que esté siendo “demasiado bonito”, “demasiado apasionado” o “demasiado idílico” . ¡Lo que es demasiado es este nivel de análisis para una situación tan puramente emocional! Las mujeres solemos pecar de miedosas y cautas a la hora de analizar lo que sentimos. Aquí no hay cabeza que valga, solo emociones que te hacen vibrar.
El verano es la estación del amor y la aventura. Atrévete a vivirlo intensamente, aprovecha cada oportunidad, actúa sin miedos, y sobre todo, déjate llevar por la magia del momento.¿Estas lista para un verano inolvidable, lleno de amor y nuevas experiencias? ¡Vamos a por todas!